José Bartolo fue confirmado como el nuevo jefe comunal mediante el azar, despues de haber igualado en votos con su contrincante. "Pasar a la historia de esta forma es una bonita experiencia. Es un milagro", dice.
Recién 31 días después de las Municipales 2016, la comuna de Huara confirmó a su nuevo alcalde. Y de una forma tan peculiar como inédita: José Bartolo (Independiente apoyado por Chile Vamos) se convirtió en el jefe comunal electo a través de un sorteo realizado el miércoles recién pasado en el Tribunal Electoral Regional (TER) de Tarapacá, en Iquique. De este modo, se convirtió en el primer político chileno en llegar a un cargo de elección popular mediante el azar.
¿Cómo se llegó a esto? De acuerdo al registro del Servel, Bartolo obtuvo 1.058 votos en los comicios del pasado 23 de octubre y superó por sólo tres votos al actual edil Carlos Silva (Partido Radical). Sin embargo, este último impugnó los resultados y el TER abrió nuevamente las urnas. Y el recuento final -el que vale, ante los jueces del TER- arrojó lo que nadie imaginó: ambos consiguieron 1.058 sufragios.
“Mi reacción primero fue de sorpresa y luego pena. No esperábamos que pasara eso. Esto (el recuento) se hizo a la rápida. Igual no estuvo muy claro eso. Nunca me dijeron que abrirían las urnas, pero había que acatar. Fue una sorpresa, sentí pena, molestia, pero luego empecé a pensar positivo”, recuerda a La Tercera Bartolo -ingeniero electrónico, creyente y nacido en la comuna que gobernará a partir del 6 de diciembre- sobre el momento en que pasó del triunfo al empate.
¿Cómo describe todo lo que ha pasado, 48 horas después del sorteo que ganó?
-Un milagro, en el cual fue muy potente la fe de un pueblo de querer sacar adelante la elección. Fuimos acusados de muchas cosas, pero mantuvimos la calma. Como pueblo sabemos que hay comunas hermanas que comenzaron con el despertar: el acarreo no será igual. Estamos contentos por lo que hemos pasado. Nuestra campaña fue de piel, de pueblo. No gastamos más de $350 mil pesos… máximo $400 mil.
¿Cómo fueron los minutos previos al sorteo?
-Tenía nerviosismo, pero estaba optimista. Tranquilo. Confiado en que iba a haber justicia. Esto fue justicia divina. Dios es juez y lo hace bien. Tomé un desayuno bien suave por la mañana para no decaer, y después festejamos. La fe mueve montañas y ese día movió a la alegría de un pueblo.
¿Y cómo fue el sorteo en sí?
-Había una bolsa de género entre café y beige. Habían dos papelitos (uno con el nombre de Bartolo y el otro con el de Silva), y un juez los dobló y los revolvió. La presidenta del Tribunal (Mónica Olivares Ojeda, prresidenta suplente) fue quien abrió el papel ganador. Duró poco. Se demoraron más en mostrar los votos, en introducirlos y en verificar que hubiera transparencia para el público. Luego se sacó el papel.
El sorteo fue en una audiencia, con mucha gente -me imagino- que viajó desde Huara…
-Yo pensé que el sorteo sería en Huara. Los dos candidatos no estábamos de acuerdo en hacer un sorteo, sino una segunda vuelta. Habían en el auditorio del Tribunal unas 50-60 personas en total, pero afuera eran unas 200.
En cuanto a la forma del sorteo ¿Se analizó previamente otra forma, como la moneda? ¿O simplemente el Tribunal lo dictaminó?
-Nosotros pedíamos hacer una segunda vuelta. Fuimos al Tricel en Santiago, pero no acogieron lo que pedíamos. Hacer el sorteo mediante la moneda se descartó. Para hacerlo más transparente se hizo de esta forma. Era la primera vez que se hacía y se eligió eso, para dar más transparencia y solemnidad.
¿Se debería cambiar el sorteo como forma de dirimir?
-Sí. No estoy de acuerdo. Si me piden hacer un sorteo de nuevo, no acataría. La verdad es que no es democrático.
¿Qué mensaje le da al candidato vencido por sorteo?
-El único mensaje es que hay que saber perder y ganar. Esta vez, salí favorecido por justicia divina. Le deseo que le vaya bien y que siga su línea política. No tengo rencillas con él. Si yo perdía, era lo mismo: iba a darle la mano porque el destino es así. Ojalá le vaya bien en su nueva etapa.
¿Tiene conciencia de que usted es el primer político en la historia de Chile en ser elegido por un sorteo?
-Así como el primer político… es complicado, pero es justicia divina. Dios nos da obstáculos. Pasar a la historia de esta forma es una bonita experiencia. Es un milagro, ganó la fe.
¿Se siente como el político con más suerte de Chile?
-(Ríe). De repente, yo creo que podría ser… pero no quiero darle suerte. Soy creyente.
¿Cómo se llegó a esto? De acuerdo al registro del Servel, Bartolo obtuvo 1.058 votos en los comicios del pasado 23 de octubre y superó por sólo tres votos al actual edil Carlos Silva (Partido Radical). Sin embargo, este último impugnó los resultados y el TER abrió nuevamente las urnas. Y el recuento final -el que vale, ante los jueces del TER- arrojó lo que nadie imaginó: ambos consiguieron 1.058 sufragios.
“Mi reacción primero fue de sorpresa y luego pena. No esperábamos que pasara eso. Esto (el recuento) se hizo a la rápida. Igual no estuvo muy claro eso. Nunca me dijeron que abrirían las urnas, pero había que acatar. Fue una sorpresa, sentí pena, molestia, pero luego empecé a pensar positivo”, recuerda a La Tercera Bartolo -ingeniero electrónico, creyente y nacido en la comuna que gobernará a partir del 6 de diciembre- sobre el momento en que pasó del triunfo al empate.
¿Cómo describe todo lo que ha pasado, 48 horas después del sorteo que ganó?
-Un milagro, en el cual fue muy potente la fe de un pueblo de querer sacar adelante la elección. Fuimos acusados de muchas cosas, pero mantuvimos la calma. Como pueblo sabemos que hay comunas hermanas que comenzaron con el despertar: el acarreo no será igual. Estamos contentos por lo que hemos pasado. Nuestra campaña fue de piel, de pueblo. No gastamos más de $350 mil pesos… máximo $400 mil.
-Tenía nerviosismo, pero estaba optimista. Tranquilo. Confiado en que iba a haber justicia. Esto fue justicia divina. Dios es juez y lo hace bien. Tomé un desayuno bien suave por la mañana para no decaer, y después festejamos. La fe mueve montañas y ese día movió a la alegría de un pueblo.
¿Y cómo fue el sorteo en sí?
-Había una bolsa de género entre café y beige. Habían dos papelitos (uno con el nombre de Bartolo y el otro con el de Silva), y un juez los dobló y los revolvió. La presidenta del Tribunal (Mónica Olivares Ojeda, prresidenta suplente) fue quien abrió el papel ganador. Duró poco. Se demoraron más en mostrar los votos, en introducirlos y en verificar que hubiera transparencia para el público. Luego se sacó el papel.
El sorteo fue en una audiencia, con mucha gente -me imagino- que viajó desde Huara…
-Yo pensé que el sorteo sería en Huara. Los dos candidatos no estábamos de acuerdo en hacer un sorteo, sino una segunda vuelta. Habían en el auditorio del Tribunal unas 50-60 personas en total, pero afuera eran unas 200.
En cuanto a la forma del sorteo ¿Se analizó previamente otra forma, como la moneda? ¿O simplemente el Tribunal lo dictaminó?
-Nosotros pedíamos hacer una segunda vuelta. Fuimos al Tricel en Santiago, pero no acogieron lo que pedíamos. Hacer el sorteo mediante la moneda se descartó. Para hacerlo más transparente se hizo de esta forma. Era la primera vez que se hacía y se eligió eso, para dar más transparencia y solemnidad.
¿Se debería cambiar el sorteo como forma de dirimir?
-Sí. No estoy de acuerdo. Si me piden hacer un sorteo de nuevo, no acataría. La verdad es que no es democrático.
¿Qué mensaje le da al candidato vencido por sorteo?
-El único mensaje es que hay que saber perder y ganar. Esta vez, salí favorecido por justicia divina. Le deseo que le vaya bien y que siga su línea política. No tengo rencillas con él. Si yo perdía, era lo mismo: iba a darle la mano porque el destino es así. Ojalá le vaya bien en su nueva etapa.
¿Tiene conciencia de que usted es el primer político en la historia de Chile en ser elegido por un sorteo?
-Así como el primer político… es complicado, pero es justicia divina. Dios nos da obstáculos. Pasar a la historia de esta forma es una bonita experiencia. Es un milagro, ganó la fe.
¿Se siente como el político con más suerte de Chile?
-(Ríe). De repente, yo creo que podría ser… pero no quiero darle suerte. Soy creyente.