Debido a las nuevas reglas electorales y a que el voto en Chile es voluntario, pocos analistas se atrevieron a pronosticar qué sucedería en los comicios presidenciales. Lo que sí se sabía es que el próximo mandatario encontrará condiciones económicas más favorables que las que enfrentó la presidenta Bachelet.
Debido a las nuevas reglas electorales y a que el voto en Chile es voluntario, pocos analistas se atrevieron a pronosticar qué sucedería en los comicios presidenciales y parlamentarios que se realizaron el domingo en el país.
Lo que sí se sabía de antemano es que la próxima persona que gobierne el país encontrará condiciones económicas más favorables que las que enfrentó la presidenta saliente, Michelle Bachelet.
Los expertos apuntan a varios factores. Uno de ellos y quizás el más relevante: el cobre.
El precio del principal producto de exportación de Chile, que mantuvo una tendencia a la baja durante el segundo gobierno de Bachelet, empezó a remontar a fines del 2016, después de llegar a un precio promedio de US$2,49 la libra en 2015.
Ahora, la Comisión Chilena del Cobre ya anticipó un valor promedio de US$2,77 para 2017 y US$2,96 para 2018.
Estas variaciones en centavos, pueden generar millones en ganancias, y buenas noticias para el país sudamericano y su futura administración, sea liderada por Sebastián Piñera o por Alejandro Guillier, los dos candidatos que competirán en la segunda vuelta el 17 de diciembre.
“Yo creo que el precio del cobre va a aumentar en los próximos años, aunque no sabemos hasta cuándo ni a qué nivel”, le dice a BBC Mundo el ingeniero y académico Gustavo Lagos, del Centro de Minería de la Universidad Católica.
“Eso significa que, pase lo que pase, el próximo gobierno tendrá mejores cifras económicas que el actual. Va a ser así a menos que pase algo realmente grande, como que estalle una “burbuja” en China o se produzca una guerra entre Corea del Norte y Trump”.
“El próximo gobierno va a tener una situación financiera mejor que la de los últimos años“, coincide Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plus Mining.
“El precio del cobre tuvo una tendencia decreciente desde 2012 a 2016, y más intensamente negativa el 2015 y 2016. Ahora estamos al comienzo de un ciclo muy positivo, y esos ciclos tienden a tener una duración de entre 5 y 7 años”, agrega el experto.
Eso implicaría más holgura económica y financiera durante los cuatro años que dura el próximo período presidencial chileno.
“Mala pata”
En Chile, el cobre es vital. Y la esperada alza en su precio evoca inmediatamente los años dorados del “superciclo” del metal, entre los años 2003 y 2016.
En ese período, impulsado por la expansión de China, principal socio comercial de Chile, el precio subió desde US$1 la libra hasta llegar a US$4,60 en 2011.
El primer gobierno de Bachelet, entre los años 2006 y 2010, se benefició de esta alza y la economía chilena llegó a crecer el 2007 a un 4,6%.
Pero el cobre se cotizó por última vez sobre los 3 dólares en 2014, al inició del segundo período de la mandataria, y desde allí inició su descenso.
“No da lo mismo quien gobierne”, precisa el ingeniero chileno Miguel Ángel Durán, “pero en general las condiciones económicas van a ser más favorables para cualquiera de los candidatos que sea elegido”.
Expresidente ejecutivo de la minera Anglo American Chile, Durán no sólo apuesta al cobre como impulsor de la economía chilena, sino también a un mejor escenario internacional.
“Las proyecciones de crecimiento global para 2018 apuntan a un 3,7%, sobre el 3% de 2017. La eurozona alcanzó un 2,2%, su mayor crecimiento en una década, la economía estadounidense se recuperó con rapidez y China no ha decaído”, le dice Durán a BBC Mundo.
Fue en agosto pasado, y en plena campaña presidencial, cuando el ministro de Bachelet Nicolás Eyzaguirre causó polémica cuando aseguró: “Tenemos tan mala pata que el mejor crecimiento se verá el próximo año”.
“Van a decir que es obra del futuro gobierno”, se lamentó el secretario de Estado, que fue el encargado de las finanzas públicas de Bachelet cuando el cobre llegaba a sus precios más altos.
¿Da igual?
Es claro que el cobre tiene un gran peso en la economía chilena, pero “eso no significa que no importa quién esté en el gobierno”, insiste Durán.
“En ese sentido hay algo interesante: si uno mira las propuestas de los principales candidatos presidenciales, hace tiempo que no se veía una gravitación tan importante para la minería”.
“Se ve en las propuestas la necesidad de que la industria minera tenga un rol mucho más importante en los próximos años”.
La agencia financiera Bloomberg advertía hace solo algunos días que Sebastián Piñera podía convertirse en un “duro negociador” para la estatal Codelco, que necesita completar una inversión millonaria ante el envejecimiento de sus principales yacimientos.
En su primer período presidencial, Piñera fue “frugal” con Codelco, dice el conglomerado, y esta vez ha prometido reducir el gasto público.
En su campaña, Alejandro Guillier, senador por Antofagasta, una de las regiones mineras de Chile, enfatizó la necesidad de asegurar la inversión en el área, dejar parte de los cuantiosos tributos mineros en las regiones donde se explota el metal y derogar la Ley Reservada del Cobre, que otorga un 10% de de las ventas de Codelco a las fuerzas armadas.
Pero el profesor Gustavo Lagos prefiere cerrar en una advertencia: “Le quiero decir que si el precio del cobre crece mucho, todas las promesas de los candidatos presidenciales se podrían quedar cortas“.
“Porque esto es muy poderoso: cuando sube mucho el precio del cobre en Chile hay fiesta, como ocurrió el 2006, el 2007, el 2011. No sólo fiesta, a veces hay locura”, concluye el analista.
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