CAMPAÑA ELECTORAL EN ESTADOS UNIDOS:
Hillary Clinton domina primer debate demócrata
La exsecretaria de Estado, que aspira -por segunda vez- ser la primera mujer en la Casa Blanca, desvió los golpes de su principal rival, el senador Bernie Sanders, y otros tres aspirantes durante el choque de dos horas en Las Vegas.
AFP 14 de octubre del 2015 / 08:31 Hrs
Hllary Clinton mantuvo este martes la calma y el temple frente a los dardos de sus oponentes -sobre todo en política exterior- y asumió su rol de gran favorita durante el primer debate de las primarias demócratas.
Una veterana de estos escenarios, la exsecretaria de Estado, que aspira -por segunda vez- ser la primera mujer en la Casa Blanca, desvió los golpes de su principal rival, el senador Bernie Sanders, y otros tres aspirantes durante el choque de dos horas en Las Vegas.
"La diplomacia no es lograr una solución perfecta. Es sobre cómo balancear los riesgos", dijo la exsenadora y ex primera dama de 67 años.
A Sanders, quien evocó el modelo social de los países escandinavos, le replicó: "No somos Dinamarca. Me encanta Dinamarca, somos Estados Unidos de América".
"Estuvo inquebrantable. Nadie logró irritarla, por así decirlo", dijo a la AFP Timothy Hagle, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Iowa.
El debate - sobre el que planeaba la sombra del vicepresidente Joe Biden, aún dubitativo sobre una eventual candidatura - mantuvo el ritmo combativo pero no cedió a los ataques personales que hicieron de las suyas en los duelos del bando republicano.
A diferencia de la más de una docena de aspirantes conservadores, los demócratas presentan un contingente menos numeroso y menos diverso: sin candidatos negros o de origen latino. Una sola coincidencia: una sola mujer en competencia.
El magnate inmobiliario Donald Trump que se robó el show en los debates republicanos, ironizó en Twitter sobre este "aburrido" debate.
"Qué lástima, no hay ninguna 'star' en el escenario esta noche", alardeó el millonario poco antes del inicio del duelo, que se realizó en un hotel casino a 800 metros de uno de sus decenas de hoteles.
Pugnaz y apasionado, Sanders, de 74 años, el sorpresivo segundo lugar en la contienda, condenó las desigualdades económicas, lanzando su furia contra Wall Street y el "corrupto" sistema de financiamiento electoral que "está socavando la democracia estadounidense".
También con la inequidad en la mira, Clinton prometió luchar por que los padres puedan "finalmente" decir a sus hijas, "tú también puedes ser presidenta cuando seas grande".
Sobre la proliferación de armas nucleares, la ex diplomática dijo que ésto representaba el mayor peligro para la seguridad de Estados Unidos, y condenó duramente al ex contratista informático de la inteligencia estadounidense, Edward Snowden, señalando que "debe enfrentar la ley" en su país.
Ante esas fuertes personalidades, el exgobernador de Maryland Martin O'Malley, el exsenador Jim Webb y el exgobernador de Rhode Island Lincoln Chafee-, que exhiben índices de popularidad de un dígito, poco pudieron hacer para resaltar.
El problema sobre los 11 millones de inmigrantes indocumentados dio lugar a una breve discusión y la coincidencia general en la necesidad de una reforma migratoria integral. Clinton prometió incluso "ir más allá" de las medidas ejecutivas aprobadas por Barack Obama.
Una veterana de estos escenarios, la exsecretaria de Estado, que aspira -por segunda vez- ser la primera mujer en la Casa Blanca, desvió los golpes de su principal rival, el senador Bernie Sanders, y otros tres aspirantes durante el choque de dos horas en Las Vegas.
"La diplomacia no es lograr una solución perfecta. Es sobre cómo balancear los riesgos", dijo la exsenadora y ex primera dama de 67 años.
A Sanders, quien evocó el modelo social de los países escandinavos, le replicó: "No somos Dinamarca. Me encanta Dinamarca, somos Estados Unidos de América".
"Estuvo inquebrantable. Nadie logró irritarla, por así decirlo", dijo a la AFP Timothy Hagle, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Iowa.
El debate - sobre el que planeaba la sombra del vicepresidente Joe Biden, aún dubitativo sobre una eventual candidatura - mantuvo el ritmo combativo pero no cedió a los ataques personales que hicieron de las suyas en los duelos del bando republicano.
A diferencia de la más de una docena de aspirantes conservadores, los demócratas presentan un contingente menos numeroso y menos diverso: sin candidatos negros o de origen latino. Una sola coincidencia: una sola mujer en competencia.
El magnate inmobiliario Donald Trump que se robó el show en los debates republicanos, ironizó en Twitter sobre este "aburrido" debate.
"Qué lástima, no hay ninguna 'star' en el escenario esta noche", alardeó el millonario poco antes del inicio del duelo, que se realizó en un hotel casino a 800 metros de uno de sus decenas de hoteles.
Pugnaz y apasionado, Sanders, de 74 años, el sorpresivo segundo lugar en la contienda, condenó las desigualdades económicas, lanzando su furia contra Wall Street y el "corrupto" sistema de financiamiento electoral que "está socavando la democracia estadounidense".
También con la inequidad en la mira, Clinton prometió luchar por que los padres puedan "finalmente" decir a sus hijas, "tú también puedes ser presidenta cuando seas grande".
Sobre la proliferación de armas nucleares, la ex diplomática dijo que ésto representaba el mayor peligro para la seguridad de Estados Unidos, y condenó duramente al ex contratista informático de la inteligencia estadounidense, Edward Snowden, señalando que "debe enfrentar la ley" en su país.
Ante esas fuertes personalidades, el exgobernador de Maryland Martin O'Malley, el exsenador Jim Webb y el exgobernador de Rhode Island Lincoln Chafee-, que exhiben índices de popularidad de un dígito, poco pudieron hacer para resaltar.
El problema sobre los 11 millones de inmigrantes indocumentados dio lugar a una breve discusión y la coincidencia general en la necesidad de una reforma migratoria integral. Clinton prometió incluso "ir más allá" de las medidas ejecutivas aprobadas por Barack Obama.
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